Por lo tanto, ante la manifestación de una posible o cierta orientación homosexual, se debe animar a la persona a buscar ayuda profesional. Pero de un profesional que intente averiguar el origen y pueda realizar un proceso terapéutico para ir al encuentro de los problemas que motivan y mantienen esa situación. (...) Hoy en día, en nuestro entorno social solemos encontrarnos con la idea de que la homosexualidad es una tendencia innata e incorregible; que se es «víctima» de ella y que la única opción es aceptar la situación así como viene, sin plantearse ninguna posibilidad de cambio (...). Existen formas de ayuda especializadas y lo primero, al alcance de todos, es tener una sincera actitud de acogida y de escucha con aquellos adolescentes y jóvenes que nos manifiestan sus dudas. Es fundamental hacerles llegar un mensaje distinto, un mensaje de esperanza. Querer a alguien en la verdad no significa animarle a que acepte resignadamente una tendencia que, en muchos casos, es fruto de una historia de dolor que habría que sanar. ”
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